Extremadura ha registrado en el segundo trimestre de 2025 un fuerte crecimiento del empleo, alcanzando un máximo histórico de 430.900 ocupados, tras sumar 21.500 nuevos empleos (+8,25%). Sin embargo, esta positiva evolución contrasta con una caída del paro mucho más modesta: solo 2.600 desempleados menos respecto al trimestre anterior, lo que convierte este descenso en uno de los más bajos en un segundo trimestre en la última década.

Este comportamiento refleja un mercado laboral desequilibrado y marcado por la precariedad. El crecimiento del empleo se ha concentrado en sectores como la agricultura (+8.400 empleos) y los servicios (+13.300), tradicionalmente más afectados por la temporalidad y la inestabilidad. De hecho, la tasa de temporalidad ha repuntado hasta el 22,3%. Este fenómeno afecta especialmente al sector público, donde la temporalidad alcanza un preocupante 33,4%, frente al 17,3% del sector privado.

Del total de nuevos ocupados, el 77,7% son asalariados, repartidos casi equitativamente entre el sector público (+8.500) y el privado (+8.100). Por sexo, el empleo ha crecido más entre los hombres (+13.400; +6%) que entre las mujeres (+8.100; +4,35%).

Otro dato llamativo es la entrada masiva de personas al mercado laboral: la población activa se incrementó en 18.900 personas, hasta alcanzar las 509.800, un aumento que no se observaba desde la pandemia. Este crecimiento no responde a un incremento paralelo de la población y se ha concentrado en mayores de 55 años (45%) y personas con educación superior (35%).

Este fenómeno ha provocado un “efecto llamada” que ha limitado la reducción del paro, situándolo en 78.900 personas, con una tasa del 15,48%, cinco puntos por encima de la media nacional. El desempleo juvenil sigue siendo alarmante, con una tasa del 39,06%, muy superior al 24,5% nacional.

Balance anual negativo y desigualdad de género

En términos interanuales, el paro ha aumentado en 2.600 personas (+3,42%), siendo Extremadura la comunidad donde más ha crecido. Este incremento afecta sobre todo a jóvenes de entre 20 y 34 años y se ceba con las mujeres: hay 6.600 paradas más (+16,92%), mientras que el paro masculino se ha reducido en 4.000 hombres (-10,7%). El 57,8% del paro en la región es femenino, y la brecha de género se amplía: la tasa de paro de las mujeres se sitúa en el 19,01%, frente al 12,34% de los hombres.

Además, persisten otros problemas estructurales: el paro de larga duración afecta a 28.000 personas (35,5% del total), y la parcialidad involuntaria sigue siendo elevada, especialmente entre las mujeres (23,8%).

UGT reclama soluciones estructurales y reducción de jornada laboral

Ante este panorama, UGT advierte de que no cabe triunfalismo. La aparente bonanza del empleo no debe ocultar los graves desequilibrios del mercado laboral extremeño. 

El secretario de Política Institucional y Empleo de UGT Extremadura, Francisco Morcillo, ha insistido en la necesidad de reforzar la capacidad de intermediación del Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE). “Tiene que haber un seguimiento individualizado a segmentos de población que tienen más dificultad para la empleabilidad, como son los parados de larga duración y las mujeres”.

UGT Extremadura aboga por mejorar la empleabilidad de los colectivos más vulnerables y aprovechar la actual fase expansiva de la economía para generar empleo de calidad.

En este sentido, el sindicato reclama la implementación inmediata de la jornada laboral de 37,5 horas semanales como medida estructural para mejorar la calidad del empleo, impulsar la productividad y reforzar la competitividad empresarial.

Extremadura necesita políticas valientes y eficaces que corrijan los desequilibrios estructurales de su mercado laboral y aseguren un empleo digno, estable y con derechos para toda la ciudadanía.