Mayores de 55 años discriminados como fuerza laboral

El colectivo se enfrenta a amplias dificultades en cuanto a su empleabilidad, se le desplaza hacia la inactividad, la temporalidad y unas peores condiciones laborales en un momento crucial de su trayectoria vital y profesional

Fecha: 21 Mar 2024

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Artículo de opinión de Patro Sánchez, secretaria genera de UGT Extremadura.

Extremadura, como otras regiones, tiene una población cada vez más longeva. En la última década se registra un aumento relevante de la población mayor de 55 años que ya supone el 37,5% del total regional. Este fenómeno está ya marcando y va a determinar la pauta de la evolución del mercado laboral extremeño en los próximos años.

En la última década, según la EPA, el peso de los mayores de 55 años en el total de activos de la región ha pasado del 12% al 22%. Sin embargo, la tasa de empleo de este colectivo es 18 puntos porcentuales inferior a la media regional lo que pone de manifiesto una mayor dificultad de acceso al empleo.

De forma complementaria y según el SEXPE, una de cada tres personas paradas en la región tiene más de 55 años. Además, el 47,3% del desempleo crónico de larga duración son mayores de dicha edad y, dentro del mismo, salen más perjudicadas las mujeres.

En conjunto, la fuerza laboral sénior en Extremadura tiene un carácter estratégico y, al mismo tiempo, su desempleo se ha convertido en un problema estructural por lo que es preciso revertir las barreras de todo tipo que este colectivo encuentra en su proceso de incorporación y mantenimiento en el mercado laboral.

Hablamos de un colectivo que se enfrenta a amplias dificultades en cuanto a su empleabilidad, que lo está desplazando hacia la inactividad, la temporalidad y unas peores condiciones laborales en un momento crucial de su trayectoria vital y laboral.

Desde UGT defendemos las capacidades de los trabajadores de más edad de nuestra región que, dado el envejecimiento demográfico, van a seguir aumentando su representatividad respecto de otros colectivos. Por tanto, los esfuerzos para reforzar su empleabilidad son imprescindibles, especialmente para contrarrestar el que cunda entre estas personas desempleadas el efecto desánimo debido a la falta de oportunidades de empleo, de carencias de recualificación y a la ausencia de políticas activas de empleo específicas.

También en el ámbito laboral, la edad se ha convertido en un factor de rechazo y discriminación. Las cifras de actividad muestran que son un colectivo cada vez más abundante que quiere trabajar y que necesita trabajar, pero al que por determinados estereotipos falsos se le plantean barreras de acceso al mercado contra las que hay que luchar para evitar su expulsión. En la última década la representación de los mayores de 55 años sin trabajo se ha más que duplicado en Extremadura debido a despidos y prejubilaciones que se están normalizando y que causan un desplazamiento de la fuerza laboral senior por cuestiones de ahorro económico.

Tenemos que denunciar el edadismo como una segregación laboral extendida y silenciada. Hay que tomar medidas para valorar las capacidades de esta fuerza laboral con la mayor calidad en términos de experiencia y profesionalidad, que son valores fundamentales para la competitividad de nuestras empresas.  Debemos trabajar, desde todos los ámbitos, para que no se expulsen del mercado laboral extremeño a profesionales que están en la plenitud de su carrera, de forma que esta exclusión por edad no se convierta en un proceso agónico hasta enganchar con la jubilación que incide, de esta manera, en un injusto final de la vida laboral.

Los datos oficiales de los servicios públicos de empleo indican que no se ofrecen suficientes posibilidades reales de acceso a las personas mayores de 55 años, avalan una discriminación en el acceso al empleo y que cuando este se produce, lo es en peores condiciones de calidad, con grandes dosis de precariedad y temporalidad.

No se están haciendo bien las cosas en las políticas activas de empleo para que este fenómeno se haya convertido en estructural. Necesitamos políticas activas más potentes y eficientes. El colectivo de desempleados de más edad necesita una actualización de las competencias para buscar empleo y poner en valor sus capacidades. Requiere de un reciclaje continuo para el que hay que impulsar la personalización de las acciones para su empleabilidad; facilitarles un itinerario individual y tutorizado que les conduzca al empleo, no a la jubilación; reconocer destrezas y atender la necesidad de la certificación profesional.

Los mayores de 55 años también precisan programas de empleo y formación que respondan a sus necesidades específicas y a los requerimientos del sistema productivo al mismo tiempo que se fomentan iniciativas como los contratos de relevo y fórmulas para compatibilizar trabajo y pensión.

La solidaridad intergeneracional debe primar en Extremadura si queremos avanzar hacia un mercado laboral más dinámico, eficiente y justo.

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Fuente: UGT Extremadura